… a una columna en el diario El Mercurio, que da su opinión correspondiente al tema de la educación, nace esta inquietud de dar a entender y organizar mi práctica pedagógica.
Sin antes también opinar, sugerir, acatar y defender con su debido respeto, lo que a esta profesión se refiere.
La columna expresa que los adultos, no saben pensar, debido a la mala calidad con la que fueron educados, en una suerte de batalla chilensis de educación bancaria de hace un par de años atrás.
Lo cierto y lamentable es que dicho escrito tiene razón, la educación, incluso hoy, que estamos en una reforma reformada de nuevo paradigma educacional, en donde la socialización, las mesas redondas, el pensamiento crítico y creador van por delante de la memorización y las repeticiones de contenidos en coro. Incluso hoy, a los niños se les estimula nulamente en cuanto al pensar, y a formar su propia autonomía conciente.
¿Porque?
Pues, porque es más fácil, porque niños cuestionadotes dentro del aula complica a profesores poco preparados. Porque con hacer para aprender se nos va el tiempo. Es más factible imponer nuestro carácter y los niños absorban lo que arrojamos.
Sin embargo, desde hace aproximadamente 8 años, las formaciones de pedagogos, al menos en algunas universidades del honorable concejo de rectores, nos han formado incentivándonos a nosotros mismo a pensar, todo lo que no pudimos pensar en la escuela ni en el liceo. Para así nosotros formar a niños y niñas que serán los adultos del mañana con pensamiento autónomo y responsable, capaces de emitir juicios y ser consecuentes con sus propios sistemas de creencias.
Lamentablemente en los colegios en donde nos insertamos o insertaremos a trabajar, llámese municipal o subvencionado, el sistema del constructivismo es limitado por el paradigma antiguo llamado conductismo, en donde el profesor manda y tiene razón. Y condiciona a sus alumnos.
Esperemos, y espero que las nuevas generaciones de profesores, no se dejen llevar por lo más simple, sino que confíen en que de su labor dependerá en unos próximos años el que un diario diga si somos mediocres en cuanto a pensamiento o no.